Por: Abraham Garza Alemán
El famoso filósofo griego Aristóteles hace mención de la siguiente línea:
“Lo que se pueda o no hacer lícitamente en estos casos dependerá de la vida y la sensación» (La Política, 1335 b, 19-26)”
Podemos deducir muchas cosas de esta frase, ya que nos da una visión muy interesante sobre el método aristotélico de concebir la vida humana intrauterina. Para Aristóteles, el alma se va desarrollando en etapas sucesivas, conforme a ciertas funciones y categorías.
Primeramente tenemos el alma vegetativa, que también podemos llamar nutritiva, es una especie de fuerza natural que permite al producto de la concepción que se nutra y que vaya creciendo, esta fuerza es propia de todos los seres vivientes, aquí podemos comenzar por las plantas, y más delante los animales, es decir, para Aristóteles la primer parte del desarrollo del alma tiene que ver con el simple hecho de existir, de estar vivo y que la misma alma pueda nutrirse, bajo este concepto el inicio de la vida humana sería muy similar a las plantas, que están vivas mas no al nivel de un animal.
Siguiendo esta lógica tenemos la siguiente fase, que es el alma sensitiva, aquí podemos definir la sensibilidad y el movimiento y aquí podemos decir que esta alma es propia de los animales e incluso hasta cierto punto de los hombres.
Ahora la tercera y última fase, que es el alma racional o intelectiva, esta ya es propia del hombre y es en este punto en donde ya nos diferenciamos por completo del resto de los animales.
Vamos a recapitular, el alma vegetativa es posteriormente reemplazada, a medida que se van desarrollando y creciendo los órganos necesarios para todo tipo de funciones relacionadas a la sensibilidad y la inteligencia, una vez hecho esto el alma sensitiva reemplaza el alma vegetal y posteriormente el alma intelectiva viene a reemplazar el alma sensitiva. Y es con estas fases en como Aristóteles concibe la vida humana como un proceso, donde el cuerpo funciona como la materia y el alma como la forma y esta unión era algo sustancial, no como Platón que la concebía como un accidente, así que podemos definir que el cuerpo y alma están unidos y se relacionan.
Y siguiendo esta misma línea, el alma necesita un cuerpo integralmente formado y lo interesante de esta cuestión es que de aquí surge el término de “Animación”, pero ¿Qué es este término? Vamos a definirlo de esta manera:
El feto humano no es más que un amasijo, un conjunto sin estructura, desordenado de elementos indiferenciados y prácticamente vive la vida de un vegetal, hasta aquí quiero recordar que Aristóteles no tenía conocimientos de medicina moderna, no existían las ecografías ni mucho menos la tecnología de punta que se ha desarrollado en occidente, así que no podemos tomar por cierto esta idea, ya que la ciencia como lo veremos más adelante, se ha encargado de refutar dichos argumentos, pero repito, Aristóteles no tenía acceso a los conocimientos médicos que tenemos hoy en día.
Una vez que el feto se ha formado y dotado de movimiento, es un signo que ha empezado el alma sensitiva, pero hasta este punto es muy parecido a un animal, después ya dotado del alma intelectiva, se le puede considerar un ser humano.
Es por eso que Aristóteles afirma que el suceso de la animación ocurre a los 40 días para los varones y 90 días para las hembras, y aquí vuelvo a repetir, Aristóteles no tenía los conocimientos de hoy en día sobre embriología, por eso sus términos de “animación” se refieren a la sensibilidad y movimiento.
De aquí el filósofo de Estagira formula otro término que sería conocido como “animación retardada”, esto significa que el alma viene a un cuerpo ya formado y estructurado, lo opuesto a esta postura es la teoría de la “animación inmediata”, que propugna la presencia del alma racional ya desde el momento de la concepción.
Una vez analizado estos conceptos, veo necesario que mencionemos al famoso médico Hipócrates, conocido como “el padre de la medicina” quien nació en la pequeña isla de Cos, en el mar Egeo, considerado como parte de Grecia; era un médico trashumante, fue un formador de médicos y autor sobre diversas cuestiones de medicina, y lo menciono porque a él se le debe el famoso “juramento hipocrático”, pronunciado por los médicos en lo que le podríamos llamar “graduación”, ahora bien que este juramento se le atribuye, hay quienes afirman que no es propiamente suyo, pero no es la finalidad de este video discutirlo.
Lo cierto es que como código ético prohíbe a los médicos la práctica de abortos, eutanasia, etc. Además se exige guardar la promesa de no tener relaciones sexuales con los pacientes y guardar secreto profesional sobre las confidencias hechas por ellos, aquí vamos a citarlos:
«Y no daré droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré tal uso y, del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi arte pura y santamente».
Además creo que vale la pena mencionar que la II Asamblea General de la Asociación Médica Mundial, reunida en Ginebra del 8 al 11 de septiembre de 1948, realizó una versión actualizada de la llamada “fórmula de Ginebra”, que tiene como finalidad establecer deberes morales y éticos del médico en relación con el paciente y cito:
«Tendré absoluto respeto por la vida humana desde su concepción».