Por: Abraham Garza Alemán
Debemos afirmar que la vida es un continuo, ya que si nadie detiene este proceso, el embrión seguirá creciendo hasta ser apto para sobrevivir en el mundo extrauterino y no solo eso, sino hasta el día de su muerte natural, ya que incluso nacido un ser humano, seguirá desarrollándose por muchos años más. Con esto debemos entender que no podemos fijar un “inicio” que no sea la fecundación, pues cualquier otra afirmación de que si la semana 12 o semana 14 solo estará estableciendo un precedente en el cual la vida humana solo dependerá de nuestros intereses, y si la vida humana depende de un órgano formado, entonces podemos afirmar que podemos matar a aquellos con marcapasos, o a aquellos con esquizofrenia, a aquellos que necesitan un trasplante podremos matarlos ya que al faltarles ese “algo”, ya no son seres humanos.
Vean bien lo lejos que podemos llegar si no repensamos bien hacia dónde vamos con estas leyes que dan luz verde a la comercialización de la vida humana, y recuerden, quienes intentaron llevar a cabo un ejercicio similar fueron los nazis, que en su búsqueda del ser humano perfecto cometieron actos aberrantes e inimaginables.
Y aquí cito a Jérome Lejeune, padre de la genética moderna “Si la vida no comienza con la fecundación, entonces no comienza nunca”
Para concluir, veremos un punto bastante usado por el sector pro muerte, que es el comparar el embrión con el espermatozoide, así como alegar que un embrión es un conjunto de células, y antes de entrar en detalle debemos repasar la biología de secundaria, la mínima unidad de vida es la celula, la celula proviene de otra célula de la misma especie, por lo que podemos decir que la célula que surge de la fecundación está viva y es parte de la especie humana y gracias a la genética sabemos que desde el momento de la concepción el embrión posee un cariotipo de 46 cromosomas completo, que reafirma que es parte de nuestra especie.
Además es interesante recalcar que esta primera célula y aquellas resultantes de su primera división poseen una característica que no volverá a tener en ningún otro momento de totipotentes, es decir su vida y esto son las células madre que tienen capacidad de diferenciarse en todos los tipos celulares y formar un individuo completo.
Recuerden que como individuos no somos pokemones, es decir que no podemos cambiar de especie a lo largo de nuestra vida, comenzamos siendo humanos y moriremos siendo humanos, no perros o conejos. Así que valdría la pena preguntar al sector pro muerte, ¿Qué es lo que origina en la fecundación? Porque hasta ahora la ciencia no ha cesado de demostrar que es vida humana.
Y si hay alguno que insista en comparar el cigoto con el espermatozoide debemos recordarle que el espermatozoide es un elemento unicelular, no podrá cambiar por sí solo nunca ni tiene propiedades de evolución, así como el óvulo, por otro lado están los elementos pluricelulares, es decir muchas células y aquí entran órganos, tejidos, nosotros mismos, etc. siendo la diferencia que el cigoto se forma con la fusión de dos gametos que son el ovocito y espermatozoide, tipos de células cuya única función es la reproducción. Es decir que se crea un nuevo ser humano de la misma especie de la que provienen las gametas.
Y como lo hemos estado comentando, en el cigoto están todas las instrucciones para la formación ordenada y sumamente compleja de este nuevo ser humano, y como verán, hasta este punto nos hemos remitido a argumentos completamente científicos, no apelamos a ninguna religión o confesión de fe, apelamos al sentido común, a la razón y al pensamiento objetivo, por lo tanto digámosles a todo este sector que solo sirve de tonto útil a los intereses de las multinacionales abortistas: saquen su ideología de mi biología.