La tiranía de las minorías

Por: Abraham Garza Alemán

Alexis de Tocqueville en su momento expresó un profundo temor porque la república más exitosa de la historia, Estados Unidos de América, cayera en lo que él denominó, “tiranía de las mayorías”, una triste consecuencia de una democracia inmadura sin los contrapesos debidos que ya bastante tiempo ha afligido las tierras latinoamericanas.

Pero lo cierto es que más que una tiranía de mayorías, nuestro vecino del norte está experimentando un suceso bastante preocupante, vemos como poco a poco se ha apoderado de las instituciones, los medios y las universidades una “tiranía de las minorías”. Minorías que se caracterizan principalmente por su gran agresividad e intolerancia, siempre financiadas por la élite globalista.

Ya conocemos algunos de sus desagradables tentáculos, grupos feministas, el lobby LGBT, supremacistas raciales (no siempre los blancos), los veganazis, los ambientalistas, los fanáticos del estado de bienestar y otros indeseables que ya expondré a su debido tiempo.

Lo sucedido recientemente en el capitolio no es más que la corroboración de este pensar, ante un fraude más que evidente y expuesto tanto por nosotros como por politólogos, periodistas e investigadores como el doctor Cesar Vidal, Mamela Fiallo, Agustín Laje, el doctor Pablo Muñoz Iturrieta y otros más.

El pueblo americano demostró un genuino deseo por preservar uno de los pilares más relevantes de su sociedad, la democracia y la libertad, ahora es necesario recalcar que cualquiera con el mínimo de sentido común condenaría cualquier acto innecesariamente violento como lo que los radicales mostraron en su irrupción al capitolio, acto que los medios de una manera lamentable y absurda se rasgan las vestiduras culpando al presidente Trump.

Esos mismos medios que respaldaron el fraude y declararon ganador a un individuo fanático del genocida Mao Zedong, cuyos intereses compartidos con China son mas que evidentes y cuya agenda esta marcada por el desprecio a la vida (apoyando el aborto en el noveno mes), y cuyos resultados en casi medio siglo en la política son en el mejor de los casos una completa mediocridad. Los mismos medios que ocultaron y justificaron los destrozos, saqueos y hasta asesinatos en nombre de dos organizaciones sumamente conflictivas, pero bien financiadas como lo son los grupos de Antifa y Black Lives Matter, organizaciones que son el vivo ejemplo de lo que denominamos como “Tontos útiles”.

Estos grupos saquearon una cantidad considerable de negocios, afectando principalmente a latinos y negros, asesinaron a un veterano policía también negro, trataron de despojar habitantes blancos de sus hogares por su supuesta “deuda histórica”, golpearon ancianos por mostrar su apoyo a Trump, además de secuestrar espacios en ciudades como Portland y Seattle, en donde trataron de establecer un estado dentro del estado.

Por supuesto fracasaron en esto y muchas más empresas, pero lo que debe alertarnos es que estos grupos resentidos al mismo estilo de las feminazis, usan la violencia para intimidar y provocar terror en la población para conseguir sus propósitos autoritarios y cuando sucede este tipo de eventos los medios silencian o justifican dichos actos.

Pero cuando un reducido grupo radical intenta intimidar a los políticos que se rindieron ante el fraude más evidente y descarado en la historia moderna de los Estados Unidos, con el fin de hacerles saber que la ciudadanía está harta de sus mentiras y complicidad con la elite globalista, los medios exageran y tergiversan los hechos para pedir una represión y culpar al único hombre que tuvo el valor de enfrentarse al establishment que tanto esfuerzo hace por hacer que América, caiga en el hoyo de la podredumbre.

Donald Trump no es el hombre o político perfecto, su evidente molestia y la combinación de una sociedad cansada produjeron un escenario lamentable, además de la trágica muerte de Ashli Babbit, asesinada por la seguridad del capitolio, una mujer por la cual los grupos feministas no alzarán la voz y los medios harán notorio su silencio ya que no pertenecía a una “minoría”.

Sin duda el caos crecerá y será un desafío considerable para nuestro vecino del norte, pero recuerden que no gano el fraude, sino que fue impuesto, la elite globalista se vio evidenciada y este será un reto no solo para Estados Unidos, sino para todo occidente, veremos estos cuatro años un intervencionismo agresivo y el impulso de las terribles agendas colectivistas como el aborto, feminismo, dictadura arcoíris, etc. Hoy debemos luchar el doble, debemos ser conscientes que más que nunca, los grandes pilares que construyeron la civilización occidental están en peligro y nos toca a nosotros defender la vida, la libertad y la propiedad privada en contra de esta “tiranía de las minorías”.

Nota: si quieren profundizar más detalladamente en sus actos criminales perpetrados por Antifa y BLM, les recomiendo leer el PanamPost.

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