Por Abraham Garza Alemán
En muchas y muy variadas ocasiones, se nos ha acusado a quienes nos definimos en el espectro político de derecha con los movimientos totalitarios de Hitler y Mussolini, concretamente con el nazismo y el fascismo , siendo el primero como una tropicalización del segundo. Así que me he propuesto traer algo de luz ante acusaciones FALSAS.
Pero primeramente me gustaría aclarar por milésima vez, el hecho de que los conceptos de “izquierda” y “derecha” son sumamente variables y desde mi punto de vista han quedado obsoletos, por lo que coincido mejor con la idea de que la batalla cultural de la cual formamos parte se explica con los términos de globalismo vs patriotismo, solamente que por una necesidad lingüística nos vemos en la necesidad de emplear el término de “derecha” como oposición a la bandera globalista que la izquierda ha abrazado.
Una vez aclarado este punto procedamos a definir el fascismo, ya que la RAE nos da las siguientes definiciones:
“1. m. Movimiento político y social de carácter totalitario que se desarrolló en Italia en la primera mitad del siglo XX, y que se caracterizaba por el corporativismo y la exaltación nacionalista.
2. m. Doctrina del fascismo italiano y de los movimientos políticos similares surgidos en otros países.
3. m. Actitud autoritaria y antidemocrática que socialmente se considera relacionada con el fascismo.”
Encontramos en el fascismo una idealización del estado, una actitud autoritaria y sobre todo un rechazo a la democracia, con su componente nacionalista-chauvinista, notando que el nacionalismo en esta ideología no es solo el amor a la patria sino una exaltación irracional del estado.
Mussolini declaró lo siguiente:
“El Estado fascista reclama gobernar el campo económico no menos que los otros; hace recaer su acción a través de lo largo y ancho del país por los medios de sus instituciones corporativas, sociales y educativas, y todas las fuerzas políticas, económicas y espirituales de la nación, organizadas en sus respectivas asociaciones, circulan dentro del Estado…”
El concepto fascista del estado lo abarca todo; fuera de él no pueden existir valores humanos o espirituales, mucho menos valores. Así entendido, el fascismo es totalitario, y el estado fascista -una síntesis y una unidad inclusiva de todo valor- interpreta, desarrolla y potencia la vida entera de un pueblo
Así podemos ver claramente como su fundador al puro estilo de Rousseau, defiende que el estado debe controlarlo todo y que es el individuo quien está al servicio del estado, muy parecido a lo que todos los colectivos progresistas pregonan en la actualidad al apelar al estado para imponer su agenda de género, racial, social, incluso yendo toda la cultura de cancelación y represión de las libertades, de la mano con estos grupos de presión que dicen representar a las minorías “oprimidas”.
Ahora veamos lo que dice Adolfo Hitler, uno de los protagonistas de los peores baños de sangre que se han llevado a cabo en la historia de la humanidad, palabras recogidas por Hermann Roth:
“Somos socialistas, somos enemigos a muerte del sistema económico capitalista actual porque explota al económicamente débil con sus salarios injustos, con su valoración del ser humano de acuerdo a la riqueza y la propiedad… y estamos determinados a destruir ese sistema bajo toda circunstancia.”
Stanley Payne advirtió que si bien había diferencias entre estos movimientos fascistas, todos compartían los siguientes cinco puntos:
- Autoritarismo nacionalista de partido único;
- Principio de jefatura carismática;
- Ideología etnicista;
- Sistema estatal autoritario y economía corporativista sindicalista o socialista parcial; y
- Activismo voluntarista.
Incluso Hitler dijo de sí mismo que él era el “realizador del marxismo”, además de declarar lo siguiente:
“No voy a ocultar que he aprendido mucho del marxismo… No he necesitado más que apropiármelos y desarrollarlos para procurarme el instrumento que necesitábamos.”
Esto y más se puede consultar en el libro de Jean François Ravel, “La gran mascarada”. Además podemos afirmar que gran parte de la infame obra de Mein Kampf es un plagio de la obra de Marx, “Ensayo sobre la cuestión judía”.
Además podemos citar el libro de Juan Claudio Lechín, “Las máscaras del fascismo”, en donde al analizar los discursos y métodos políticos y discursivos podemos trazar una línea que relaciona a Chávez, Castro, Morales Mussolini, Franco y Hitler.
Incluso la infame canción “De cara al sol”, tiene el mismo estilo de las canciones soviéticas, incluso los colores de la falange fueron una copia de los colores comunistas, además de tomar la misma raíz colectivista y añadirle un tinte religioso.
Todo esto lo podemos corroborar en el libro del español Federico Jiménez los Santos, “Memorias del comunismo”, en donde también podemos explicar cómo Stalin al perder la guerra civil española, se encarga de difundir la idea que tanto Hitler, como Mussolini y Franco eran de “derecha”, para así poder justificar los abusos y masacres cometidas por los comunistas soviéticos, así que este mito propagado por los intelectuales estalinistas sigue hasta nuestros días al declarar el fascismo como “ultraderecha”, cuando en realidad solo era otra facción del socialismo.
Que por cierto, las peores matanzas contra comunistas y socialistas, las han perpetrado otras facciones de socialistas, siendo los sucesos que rodean la segunda guerra mundial, el mejor ejemplo de ello, así que respondemos NO, no somos fascistas, ni estatistas. ni mucho menos colectivistas, siendo la izquierda quien mejor encaja con los postulados del fascismo.