Tercera ola del feminismo

Por Abraham Garza Alemán

Una vez conversado acerca de la primera y segunda ola del feminismo, que son mucho más fáciles de identificar y mapear, toca exponer los postulados de la tercera, que es mucho más ambigua de exponer debido a que en este punto se dividen muchas ramas del mismo feminismo, incluso habiendo feminismos que empiezan a enfrentarse entre sí.

Uno de los postulados importantes de esta corriente es que busca crear consciencia acerca del acoso sexual en el trabajo y la lucha por aumentar el número de mujeres en puestos de poder, inicialmente sus principales arquitectos serían las “pensadoras” Kimberlé Crenshaw y Judith Butler.

La primera seria justamente quien acuñaría el término de “interseccionalidad”, empezando a tomar elementos del marxismo como la lucha de clases, la idea de opresión y demás, recordemos que antes el marxismo buscaba crear conflicto entre el empresario (burgués) y el empleado (proletariado), pero cuando la URSS se estaba cayendo a pedazos era necesario sustituir esta dicotomía, por lo que inventaron un sistema de victimismo nuevo e interesante, ser mujer, negro, lesbiana/homosexual, migrante, obeso, etc., inventaron un montón de categorías con el fin de victimizar y resaltar la opresión de ciertos individuos.

Aquí podemos ver el origen de las famosas políticas y la perspectiva de género, siendo un caso bastante relevante el tema de paridad, en el que no importan capacidades, experiencia o aptitudes, sino solamente los genitales, por razones más que obvias esto es una completa tontería ya que aunque un candidato a un puesto gubernamental esté lo suficientemente capacitado, puede ser desechado simplemente porque es hombre o mujer.

Resulta interesante, como hemos expuesto anteriormente bajo la óptica de Simone de Beauvoir si la mujer no nace sino que llega a serlo, cualquiera podría percibirse mujer y acceder a beneficios propios de las mujeres y saltarse estos controles, en México por ejemplo, en las pasadas elecciones muchos candidatos varones se auto percibieron mujeres para participar y burlar las cuotas de género, vemos el caso del hombre en Argentina que se cambió de Sergio a “Sergia” para poderse jubilar antes o los cada vez más frecuentes casos de hombres que participan en deportes femeninos al “autopercibirse” mujeres, siendo los casos más peligrosos aquellos en deportes de contacto habiendo casos de “mujeres” trans que casi matan a su contrincante mujer biológica.

En su momento Judith Butler, activista feminista, empezó a darle publicidad a la idea de que el género y el sexo biológico son dos cosas separadas, ya que para ella el género es algo que se actúa, es decir que es la manera en cómo me decido comportar.

Para Butler, la idea del transexual, del drag queen o el drag king, son maneras de cuestionar la realidad y demostrar que el cuerpo humano es una construcción social y debido a que no existen las verdades absolutas o una naturaleza humana, todo esto debe ser normalizado, es decir, aceptar el caos, el desorden, la perversión.

Esto se ha ido degenerando bastante, actualmente hay redes sociales como Facebook que permite 31 géneros para elegir, reconociéndose internacionalmente alrededor de 112 “géneros” y contando.

Es en este punto que el feminismo rompe por completo con la búsqueda de igualdad para las mujeres y pasa a convertirse en un movimiento totalitario en el que desgraciadamente las principales afectadas han sido las mujeres, temas como las denuncias falsas, la normalización de la pornografía, la prostitución, la búsqueda de conflicto con el hombre, la idea de un patriarcado inexistente y muchos fenómenos más, solo han provocado que las mujeres se sientan frustradas, infelices y en muchos casos hasta caigan víctimas de los estupefacientes.

Solo en España, entre 2004 y 2015 el 88% de las denuncias por violencia de género en contra de los hombres no terminaron en condena por la imposibilidad de probarlas, lo que indica que un número considerable de ellas podrían ser falsas.

Otro caso interesante tiene que ver con un estudio realizado por Pinker, señala que por ejemplo en los Países Bajos, el 76% de quienes trabajan a tiempo parcial son mujeres, de las cuales 2/3 no tiene hijos en casa, como resultado muestran niveles de insatisfacción personal mucho mayores que sus pares estadounidenses y Pinker declara “sin tiempo para relaciones, hijos u otros intereses, los niveles de felicidad en las mujeres se han desplomado”

Otro estudio publicado por el National Bureau of Economic Research en 1999 en Estados Unidos habló de la paradoja del declive de la felicidad femenina, donde los investigadores Betsey Stevenson y Justin Wolfers, de la prestigiosa escuela de negocios de Wharton, concluyeron que si bien en los países industrializados la brecha salarial se ha reducido, la brecha de felicidad se incrementa sustancialmente.

Caso curioso que en 1970 las mujeres informaban un mayor bienestar subjetivo que los hombres, siendo la actualidad en donde menores niveles de felicidad han continuado surgiendo entre las mujeres y por el contrario un mayor bienestar subjetivo para los hombres.

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