Por: Lic. José de Jesús Reyes Meneses
Se inundó Tabasco, justo en el mes de noviembre, dando el peor golpe de realidad que ha recibido la actual administración, la cual, ya no puede ocultar lo que es un secreto a voces desde hace tiempo: la actual administración quiere todo para no darle a nadie.
Poco tiempo atrás, el Presidente desde su gran atril de las conferencias mañaneras decía que el FONDEN (Fondo de Desastres Naturales) era una caja chica de los fideicomisos públicos que servía como caja chica las anteriores administraciones y con ello debería de desaparecer para que las ayudas fueran directas a la población. Hoy vemos cómo la realidad lo ha sobrepasado.
La inundación no es que fuera sorpresa o inesperada, desde días antes el gobernador de Tabasco se peleaba con el encargado de la Comisión Federal de Electricidad por la presa de Peñitas, ya que estaba a punto de alcanzar sus máximos históricos y podría desfogarse dañando a la población aledaña a la misma, a lo que solo recibió una respuesta cínica del encargado diciendo que no le preocupaba.
Llegó al máximo histórico la presa, y entonces la decisión de dónde mandar el agua para evitar la ruptura de la presa recayó en el Presidente de la República, o la mandaba a la capital del estado, Villahermosa, o hacia una población indígena que estaba cerca. Al final decidió lo menos malo, la población indígena.
Es en este momento donde la presidencia tenía la oportunidad de lucir y reflejar sus verdades del FONDEN, demostrar que ellos podían apoyar a los tabasqueños sin la necesidad de ese programa y estar con ellos en la inundación para que vieran que había Presidente. Lo que ocurrió lo sabemos todos: alejado de la población, arribó en vehículos militares tratando de justificarse por su salud y agradeciendo a particulares que hagan lo que había prometido que haría el gobierno.
Como se ha visto en 1985, 2017 y ahora, la población sola ayuda a la población en riesgo por los desastres naturales y no naturales, vemos como se han formado centros de acopio para llevar víveres a los damnificados y muestras de apoyo de ciertas organizaciones para hacer llegar la ayuda. Al final la presidencia terminó solo tirando su discurso de la corrupción con este acontecimiento.
Las cosas no pintan para nada bien en 2021, y el Presidente lo sabe, por ello, ese dinero que ha quitado a los fideicomisos corruptos los guarda para el año entrante; no importan los medicamentos para los niños con cáncer, ellos no votan; no importan los tratamientos para la gente con enfermedades críticas, si fallecen solo es dinero mal invertido; no importan la falta de vacunas, total, solo vivirá quien pueda crear defensas solo y así buscar su voto.
Al final parece ser ese el pensamiento del gobierno federal, arriesgar todo para 2021 y dejar de lado hoy a quien los necesita, pero el problema es que este México no es el de Andrés de 1976, donde todo lo que no sea afín al gobierno se censura y todo lo demás se ignora. Los familiares de quienes han fallecido por el Covid, de los niños con cáncer, de las enfermedades terminales, de los que por una vacuna faltante murieron y los que hoy han perdido su casa, se lo cobrarán.
Esto parece que sí ha sido un golpe de realidad a la cuarta transformación, pero veremos si fue mortal en 2021.