Por: Abraham Garza Alemán
El pasado 5 de febrero del presente año, fue reelecto en El Salvador Nayib Bukele, con aproximadamente un 85% de votos, contrastando con su primer elección, la cual ganó con el 53% de los votos, aunque si bien esto le ayudó para obtener una mayoría absoluta y evitar la necesidad de recurrir a la segunda vuelta. Al iniciar su gobierno se desató la polémica, ya que algunas de sus primeras acciones fueron eliminar la secretaría de inclusión social y trasladar el proyecto de “ciudad mujer” al Ministerio de Desarrollo Local, reduciendo asimismo el presupuesto a tal iniciativa. Esto es sumamente relevante ya que mientras en otros países con graves crisis económicas, se siguen destinando recursos a iniciativas cuyo único fin es el adoctrinamiento y el mantenimiento de parásitos estatales, tal es el caso de Argentina, España o nuestro mismo México, donde el presupuesto destinado a iniciativas de corte globalista, solo sirven para despojar al trabajador del fruto de su trabajo y en su lugar, mantener una casta de parásitos malvivientes, cuyas iniciativas tienen un nulo impacto en la vida del ciudadano común.
Ante esto, Bukele ha demostrado una gran voluntad de hacer las cosas, voluntad de la que parecen carecer nuestros dirigentes políticos, ya que en sus primeros días de su administración de 2019 – 2024, logró reducir la tasa de homicidios a un 4.2, cuando en 2012, dicha tasa se ubicaba en 42.1 por cada cien mil habitantes, lo cual también puede observarse en la caída de homicidios, llegando a un mínimo en 2022, con 496 homicidios.
También es notorio señalar que Bukele salió victorioso y hasta más popular, después de la crisis ocurrida en 2020, ya que planeaba pedir un préstamo de 109 millones de dólares, con la finalidad de financiar su Plan de Control Territorial, la oposición se negó a autorizar tal presupuesto y ante tal negativa, Bukele invocó el artículo 167 de la constitución que dice convoca extraordinariamente a la Asamblea Legislativa, cuando los intereses de la República lo demanden. por lo cual se programó una sesión para el 9 de febrero de tal año, sesión a la que ingresaría acompañado de las fuerzas armadas, luego de ver que no se alcanzaba el cuórum, recitó una oración y posteriormente llamó a la insurrección popular, desatando la furia de la oposición y provocando manifestaciones en todo el país, solo que el apoyo popular de Bukele iría en aumento, mientras que la oposición perdería una notoria popularidad. Al final el plan de Bukele logra cristalizarse y dar como resultado una drástica caída en homicidios, el arresto de más de 60,000 pandilleros y la recuperación de más de 4,500 viviendas que habían sido abandonadas debido a la delincuencia, y posteriormente ocupadas por las pandillas.
Podemos estar o no de acuerdo con Bukele y puede caernos bien o mal, eso es irrelevante, lo que al grueso de la población salvadoreña le importa es que dio resultados y unos bastante positivos, El Salvador hace unos años era uno de los paises mas peligrosos del mundo, con entre 20 y 30 homicidios al día, hoy solo ocurren entre uno y dos, cualquiera puede contactar con algun salvadoreño e informarse, los resultados son genuinos y van más allá de una mera propaganda política, eso es lo destacable del caso Bukele, que tuvo la disposición y la estrategia para atender un problema, por lo que sus resultados se expresan claramente en la aprobación de su pueblo. Sin duda no falta quien apele a los derechos humanos o la legalidad, puede o no que tengan razón, pero lo que al grueso de la población le importa, no son los abstractos conceptos de la legalidad, sino el hecho de poder vivir en paz con su familia y disfrutar del fruto de su trabajo.
Sin duda aún falta consolidar el proyecto de seguridad a largo plazo y Bukele ha señalado en otras ocasiones no ser ni de derecha ni de izquierda, eso es irrelevante, los hechos hablan por sí solos y al menos Bukele ha tenido el carácter para defender los intereses nacionales de su país, actitud de la que lamentablemente carece la gran mayoría del liderazgo occidental. Ahora Bukele se enfrenta a una segunda administración. vendrán nuevos retos y ya veremos cómo reaccionan los globalistas, desde nuestra trinchera, le deseamos lo mejor a nuestros hermanos salvadoreños y solo nos queda pedirle a Dios que ojalá algún diía nos toque un dirigente que sepa poner en primer lugar las necesidades de la ciudadanía.
Fuentes:
https://datosmacro.expansion.com/demografia/homicidios/el-salvador