Por Isaac Anchondo
Los famosos “Impuestos verdes” no son cosa nueva en este mundo, ya que se vienen proponiendo desde 1920, se dice que son un incentivo para que los contribuyentes contengan sus emisiones contaminantes a niveles “socialmente aceptables”. El argumento que da el Estado para su implementación tiende a ser que estos impuestos ayudaran a disminuir la contaminación, sin embargo, estos tienden a tener consecuencias negativas.
En promedio los países miembros de la OCDE (del cual México es miembro) recaudan 6.7% de la totalidad de sus impuestos a través de los impuestos verdes, los más comunes (72%) son los aplicados a los combustibles fósiles, debido a la alta dependencia de estos, sin embargo, este tipo de impuestos continuamente terminan perjudicando a la economía de la población.
Actualmente en México tenemos la dicha de ser el segundo país con menos impuestos verdes dentro de la OCDE, pagando solamente el 2.5% del promedio mundial de estos, siendo que una parte del IEPS aplicado en las gasolinas se clasifica como impuesto verde, en contraparte Países Bajos tiene los impuestos verdes en el uso de combustibles fósiles más altos del mundo, siendo de hasta 0.68 € por litro.
Recientemente a lo largo del país se han propuesto la creación de nuevos impuestos verdes, algunos casos destacados en la propuesta de implementación de nuevos impuestos verdes son el del Gobernador del Estado de México Alfredo del Mazo en 2021, la realizada por el actual Gobernador de Nuevo León Samuel García desde 2019 , reafirmándola en noviembre de 2021, la del Gobernador de Yucatán Mauricio Vila en el 2021 y la del PRI en Sinaloa realizada en abril de este año.
En el año 2019 la izquierda progresista de Estados Unidos alentaba al gobierno americano a un “Nuevo acuerdo verde”, consiguieron que docenas de distinguidos economistas firmaran una carta dirigida al Wall Street Jorunal, pidiendo un impuesto al carbono, en su afán por engañar a la población ellos decían que el impuesto sería bueno porque promovería el crecimiento económico eliminando regulaciones, sin embargo esto es una mentira ya que se limitaría en gran manera el crecimiento económico, incluso con la propuesta de que los impuestos se “devolverían” (cosa poco probable que pasaría, sobre todo considerando la magnitud de deuda que tiene el Gobierno).
Las principales preocupaciones en ese caso en particular es que, el “Nuevo acuerdo verde” no terminaría en la implementación de un impuesto verde, si no que buscaría mas regulaciones e inversiones masivas hechas por el gobierno en programas para alcanzar sus objetivos ecológicos.
Incluso se proponía poner nuevos impuestos verdes a la industria, este sería en función de su eficiencia energética, además para evitar que países sin este tipo de impuestos siempre tuvieran precios mas bajos que el producto nacional y evitar la fuga de empresas se proponía un arancel especial para estos, causando mas intervencionismo en el mercado.
Como se mencionó al inicio, este traería consecuencias negativas a las familias. Se planteaba que las familias con más emisiones tuvieran que pagar estos nuevos impuestos, los “beneficiados” serían todas las demás familias, ya que se planteaba que cada año recibirían “dividendos de carbono” provenientes de estos impuestos, además se decía que estos serian mayores a los incrementos en costos energéticos.
Sin embargo, recordemos que el “propósito” original de estos impuestos es la reducción de la huella de carbono, ¿Cómo podría el gobierno de Estados Unidos garantizar estos “dividendos de carbono” si los contribuyentes que pagarían los impuestos verdes redujeran al limite establecido su huella de carbono?, como la lógica lo dicta, no sería posible porque no tendrían como pagarlo, por lo que solamente quedaría vigente un estilo de vida en busca de más austeridad forzada y mayores regulaciones.
Los impuestos verdes no buscan ayudar al cuidado de el agua o a mejorar la calidad del aire, son solamente un arma política, que siempre termina afectando a la población, ya que limita aun más la capacidad económica del ciudadano común, un mexicano asalariado promedio paga 52% de sus ingresos totales en forma de impuestos, ahora imaginemos que se implementen nuevos impuestos verdes en la gasolina, la electricidad, el gas.
Debemos mantenernos alerta, sobre todo con los gobiernos Estatales y con los próximos candidatos en busca de la Presidencia, ya sea de la “oposición” o las famosas “corcholatas”, por ejemplo, Samuelito ya venía advirtiendo estos impuestos desde que era Senador, tenemos que crear un sentido común en la población para que entiendan que no, con impuestos no se van a solucionar los problemas, ni nuestro futuro y que tampoco papi gobierno es bueno administrando nuestro dinero.
Por último, si las empresas o personas quieren llevar lo que ellos consideran un estilo de vida mas amigable con el medio ambiente ellos son libres de hacerlo, ya sea por imagen o alguna convicción por ejemplo las empresas transitan hacia energías alternativas cuando estas les son económicamente viable y les funciona también como estrategia de marketing, pero no se debe de hacer de manera obligada y mucho menos por medio de impuestos.
REFERENCIAS
Are Environmentally Related Taxes Effective? Sebastián J. Miller Mauricio A. Vela November 2013
https://taxfoundation.org/country/mexico/#sources
https://politica.expansion.mx/estados/2021/12/01/edomex-propone-cuatro-nuevos-impuestos-2022
http://www.pri-sinaloa.org.mx/Saladeprensa/Nota.aspx?y=31833
México CO2 Plataforma Mexicana de Carbono, Nota técnica Impuesto al Carbono en México
http://www.foes.de › pdf › Netherlands Ecotax Rates
https://mises.org/wire/economic-argument-carbon-tax-work-fiction