La naturaleza y la sexualidad

Por: Abraham I. Garza

En muchas ocasiones hemos escuchado argumentos en favor de la homosexualidad al compararla o haciendo referencia al mundo natural, concretamente algunos casos en pingüinos emperador, leones o chimpancés, lo que estos individuos no saben es que la naturaleza de la sexualidad es muy diferente en seres humanos y animales.

Partiendo del principio aristotélico, una piedra existe, una planta existe y tiene vida, un animal existe, tiene vida y siente, un ser humano existe, tiene vida, siente y piensa, además es necesario recalcar que en el mundo animal son contadas las especies que practican la relación sexual por placer, en su gran mayoría la sexualidad es un acto de procreación y dominación, entre los chimpancés se practica el sexo como una medida para estrechar vínculos entre los miembros de la tropa, en el caso de los pingüinos emperador, es muy conocido que es el macho quien se encarga de cuidar el huevo hasta que eclosiona así como que los pingüinos huérfanos tienden a ser adoptados por otros pingüinos que pierden a sus crías.

Podríamos seguir citando muchos ejemplos pero esa no es la finalidad, lo que quiero resaltar es que si queremos tomar conductas animales como aceptables o razonables, debemos analizar que algo bastante común en el mundo animal es el asesinato, el incesto, el canibalismo, etc. otra conducta bastante normal entre los delfines que vale la pena resaltar, es que son una de las pocas especies que practican el sexo por placer, es común que grupos de delfines machos acorralen a una hembra y la fuercen a copular mientras es golpeada e intimidada ¿Acaso por que esto se ve en el mundo natural podemos argumentar que la violación es algo normal? Por supuesto que no, las realidades biológicas entre los animales y los seres humanos son abismales, además que la sexualidad en los seres humanos es mucho más compleja.

Es por eso que una violación no genera el mismo nivel de trauma que una golpiza, la violación genera más allá de las consecuencias físicas, un trauma que en algunos casos dura no años, sino la vida entera y es sumamente complicado que una víctima de violación pueda fácilmente volver a su vida normal porque entre los seres humanos el elemento sexual no es solo biológico, sino que hay muchos aspectos psicológicos involucrados, es por eso que las parejas que se guardan en castidad hasta el matrimonio tienden a tener matrimonios más exitosos, felices y duraderos, mientras que aquellos que viven una sexualidad desenfrenada tienen a tener muchos más problemas en sus relaciones matrimoniales.

Esto es porque debido a su propia constitución antropológica, fisiológica y psicológica, hombre y mujer se atraen mutuamente tanto en el aspecto mental como en el físico y es justamente de esa atracción que se deriva la sociedad, la complementariedad entre la sexualidad masculina y femenina no es una “construcción social” o una “cuestión religiosa”, es una determinación de la naturaleza.

Una vez aclarado que el objetivo por excelencia del acto sexual es la propagación de la especie, es bien sabido que es por eso que el ser humano se siente motivado a esa propagación, sumado a que la relación sexual lleva siempre un placer físico, ya que sin producirse ese gran placer físico, no nos sentiríamos motivadas a efectuar el acto sexual y por lo tanto la supervivencia de la raza humana estaría terriblemente amenazada.

Ahora, una vez definido que el objetivo de la sexualidad no es solamente placer, sino la expansión de la especie humana, señalamos que existen trastornos que parten de este elemento natural y los cuales normalmente se encuentran en las letras del lobby LGBT+, es común encontrar patologías en cualquier actividad biológica, como ocurre en el caso de la alimentación y sus trastornos, comemos para adquirir nutrientes, obtener energía y no desfallecer, pero partiendo de este elemento fisiológico también hay desviaciones que parten del mismo como la bulimia o la anorexia.

Esto también con la sexualidad, esta nos proporciona placer con el fin de propagar la especie, así como tenemos la capacidad de disfrutar la comida porque esta misma es necesaria para no morir de hambre, ambos parten de una necesidad natural que puede desviarse y convertirse en un trastorno.

Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿debemos obligar a una anoréxica o bulímica a serlo? ¿Debemos negarle ayuda con el argumento de “respetar gustos ajenos” o ser “inclusivos”? ¿Debemos entender que como especie humana, venimos a este mundo con una serie de características biológicas “normales” aun cuando atentan contra nuestras actividades biológicas básicas?

Termino citando al pensador argentino Mariano Grondona: “Para una mayoría de las personas la homosexualidad es una práctica aberrante. La pregunta no es empero si tienen razón, sino es otra: aun si la tuvieran ¿Poseen además el derecho de imponerla a los que no piensan como ellos?”

Reiteramos que los homosexuales merecen dignidad y respeto por la simple razón que son seres humanos, el estado no debería perseguirlos jamás, pero tampoco debería promover y celebrar prácticas probadamente auto-destructivas física y emocionalmente, imaginemos un mañana en que las empresas e instituciones gubernamentales promuevan y celebren trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia ¿Por qué esto tiene que ser diferente con la sexualidad?

2 comentarios sobre “La naturaleza y la sexualidad

  1. Activistas de los derechos humanos y colectivos de defensa de los homosexuales celebraron la aprobacion este martes de una reforma que preve incluir por primera vez en la Constitucion mexicana el derecho a no ser discriminado por motivos de preferencias sexuales .

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