¿Se nace así?

Por: Abraham I. Garza

En la columna pasada abordamos la interesante salida de la homosexualidad del manual diagnostico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), y cómo fue que, mediante la presión política y el terrorismo, la voluntad de los pacientes se impuso a los médicos, sentando un triste precedente en el cual, un colectivo ideológico puede ponerse por encima de la razón.

Ahora abordaremos la interesante pregunta de ¿se nace homosexual?, actualmente hemos visto como tanto los medios de comunicación, universidades, artistas, políticos y los nefastos “influencers” repiten como loros entrenados el mantra de “ellos nacen así”, y si se atreves a oponérteles o simplemente cuestionar razonablemente sus tristes ideologías, proceden a catalogarte de fascista, intolerante, promotor del odio y hasta se inventan la enfermedad de la homofobia.

Otros comparan la diferencia biológica entre un gay y un heterosexual con ser zurdo o diestro e incluso afirman que ser zurdo no es solamente una fase y que un zurdo no puede convertirse de la noche a la mañana en diestro y viceversa y argumentan que, así como hay niños destinados a ser zurdos, hay otros destinados a ser gays cuando crezcan.

Esta idea aparentemente parece razonable y no son pocas personas que se han dejado llevar por tales argumentos, e incluso hay quienes han llegado a creer que ser homosexual o heterosexual es inalterable y que no importa el comportamiento, el entorno socioeconómico, las experiencias vividas en la infancia o el contexto familiar y social, cuando a la ves muchos de estos colectivos celebran alegremente que un heterosexual se convierta en homosexual, pero cuando el caso se vuelve al revés, proceden a crear toda una campaña de desprestigio y ataques en contra de tal persona que ponga en duda sus mantras.

Lo cierto es que para afirmar que algo es genético o se nace con tal o cual atributo es necesario ir a la base, a la genética misma. Y el mejor caso que podemos encontrar es el caso de los gemelos, caso utilizado incluso por la NASA, ya que actualmente los astronautas elegidos para ir a la estación espacial internacional son gemelos, ya que los gemelos comparten completamente la misma identidad genética y así se puede comparar al hermano en tierra con el del espacio y se puede descubrir si hay elementos de origen genético o son influenciados por el medio ambiente en el que se vive.

Incluso el profesor de epidemiología genética Tim Spector llegó a afirmar que el caso de los gemelos era “la única manera real de hacer experimentos naturales en seres humanos”, y vale la pena resaltar que por medio del estudio de los gemelos se han descubierto enfermedades como el cáncer, la artritis, cataratas, problemas en el sistema óseo, etc.

En pocas palabras podemos afirmar que, si algo tiene su base genética, puede ser comprobado en los gemelos, por ejemplo, la esquizofrenia tiene una tasa de similitud en un 50%, lo que nos dice que, si 100 personas tienen esquizofrenia y tienen un hermano gemelo, 50 pares lo padecerán ambos, el resto solo uno lo padecerá, lo cual prueba que la esquizofrenia no es un problema genético porque si lo fuera, la tasa de concordancia sería del 100%.

Milton Diamond analizo el caso de los transexuales que tenían gemelos y sus resultados fueron que solo el 20% de los pares de gemelos ambos se declaraban transexuales, el 80% restante solo uno de los gemelos era transexual, su contraparte no lo era, una cifra mucho menos que en la esquizofrenia, demostrando que dicha condición no tenía una base genética.

Remontándonos en el año de 1952 el psiquiatra Franz Josef Kallmann afirmó que el 100% de los gemelos idénticos gay que había estudiado eran homosexuales, pero lo cierto es que dicho estudio resultó ser una farsa y fue criticado de una manera bastante dura por Edward Stein, ya que se descubrió que los supuestos “gemelos” no eran hermanos, y sus pacientes fueron tomados de hospitales psiquiátricos y cárceles.

En el año 2000, el psicólogo J. Michael Bailey utilizaron una base de datos de todos los gemelos de Australia y no lograron establecer un gen común que los lleve a la homosexualidad en incluso afirmaron que si existiera tendría “una baja frecuencia”.

Otro estudio fue realizado por Peter S. Bearman y Hannah Brückner en 2002 a una gran escala e incluía gemelos y mellizos adolescentes de todo el país de Estados Unidos, con la finalidad de encontrar si la atracción por el mismo sexo era un factor social, genético o aun tema hormonal en el desarrollo del feto y los datos mostraron que de 18,841 participantes, solo el 8.7% declaró sentir atracción por personas del mismo sexo.

Muchos más análisis podrían citarse, pero termino con el mas reciente y relevante, en el año 2019 se volvió a intentar encontrar una relación genética para la homosexualidad y contaron con los datos de medio millón de personas, el más completo hasta la fecha y en dicho estudio participaron desde científicos de Harvard como del MIT

Las conclusiones fueron que la conducta homosexual depende de elementos como el medio ambiente, el desarrollo en la infancia, así como la experiencia negativa o positiva, así como el abuso sexual, el abandono paterno, la violencia, etc. Y se termino por concluir que la homosexualidad puede ser causada por multitud de factores sociales o ambientales, pero la composición genética no tiene ninguna relevancia

Es interesante recalcar que dicho estudio empezó con el sesgo de probar que la homosexualidad era algo ligado a la genética y que varios de los investigadores eran abiertamente homosexuales, a pesar de todo este sesgo se logro concluir que la categoría de “homosexual” y “lesbiana” no existen desde un punto de vista biológico.

E incluso afirmo The New York Times que varios científicos que formaban parte de la comunidad arcoíris presionaron para que los resultados de dicho estudio no se publicaran, ya que según ellos se reforzarían los prejuicios y la discriminación a las personas homosexuales e incluso el Científico Steven Reilly expreso enérgicamente su desacuerdo sobre publica estos resultados.

Cabe recalcar que todas las personas indistintamente su vida privada merecen respeto y dignidad, no abogamos por la discriminación o la violencia hacia ninguna persona, pero si los hechos te ofenden o lastiman tus sentimientos, debes entender de una ves por todas que como bien expreso Ben Shapiro “A los hechos no les importan tus sentimientos”.

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