Dos Bocas, desastre anunciado

Por Carlos Hernández Morales

Fuimos bombardeados desde la campaña de 2018 por parte del “Lic.” Andrés Manuel López Obrador sobre su “magno” proyecto petrolero, la refinería de Dos Bocas, la cual prometía acabar con la compra de gasolinas del extranjero para volvernos un país libre del combustible neoliberal, conforme paso el tiempo, post triunfo presidencial, se encontró con que las promesas se enfrentaban a cientos de regulaciones y certificaciones que simplemente fueron ignoradas.

No es un secreto que lo único que destaca de su gobierno es la negligencia y la mediocridad, pues los consejeros de presidencia y las autoridades internacionales vieron con malos ojos la refinería desde un inicio, no por la construcción de esta, sino por los puntos que a continuación explicare con base en mi experiencia dentro de la industria petrolera y los conocimientos que adquirí durante mi paso en la asociación mexicana de la energía.

La refinería estará en el estado de Tabasco en el municipio de Paraíso, en este sitio costero tenemos la desventaja de que, al ser una zona con alta salinidad, el costo de mantenimiento para evitar la rápida corrosión es sumamente alto, por lo cual la operación misma de la refinería se volverá muy costosa para poder mantener las instalaciones de manera óptima sin que ocurran fallas y explosiones, similar a lo que ocurre en Pajaritos y Cangrejera.

En una operación tan delicada como es la refinación la planta se encuentra en una zona de lecho fangoso, esto ya que se decidió pasar por encima de los estudios ambientales y construir sobre un manglar, se tiene una tierra inundable y poco segura para que el suelo maneje alta carga provocando hundimientos y con esto reduciendo la seguridad de la operación por lo que habrá constantes paros operativos cada vez que se inunde la antigua zona de manglares.

La tectónica de Paraíso es sumamente inestable ya que se tienen fallas activas que sacuden al estado constantemente, siendo esto lo suficientemente frecuente para que cualquier estructura mal diseñada colapse, sin previos estudios de suelo solo se incrementa más el riesgo de la futura operación.

En cuanto a Infraestructura y logística, Tabasco solo cuenta con dos puntos principales para abastecer combustible, por ducto y por carretera, ambos insuficientes e ineficientes, el primero que pasa por el estado de Veracruz y llega a Puebla es robado, mientras que el que pasa por la carretera Villahermosa-Cárdenas es una vía ineficiente y en un pésimo estado siendo además punto focal del narcotráfico y robo de pipas.

Todo esto sumado al desdén de empresas que trabajan para Pemex como Halliburton hacen que la operación se dirija a un fracaso donde nunca se generarán beneficios reales, esto solo es una obra más de un presidente pequeño para este enorme y bello país.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *