Por: Luis Enrique Vázquez Cerda.
Miércoles 04 de Noviembre del 2020, día histórico para la nación de Eslovaquia: el Parlamento Eslovaco aprobó una ley que declara al “Partido Comunista de Eslovaquia” como organización criminal. Este ex-grupo parlamentario, fue un partido político fundado en 1992 (3 años después de la caída del muro de Berlín) tras la fusión de dos movimientos fundados en 1991 por elementos ortodoxos del “Partido Comunista de Checoslovaquia” (KSČ), opuestos a su transformación al “Partido de la Izquierda Democrática” (SDL).
¿El motivo? Más de 40 años en los que la dictadura comunista (Unión Soviética) asesinó, reprimió y los privó de sus libertades civiles, entre otros crímenes en contra de la paz y la raza humana en Eurasia. No bastando con esto la nueva ley en Eslovaquia prohíbe los símbolos comunistas y nazis y en consecuencia los monumentos, placas, nombres de calles, plazas y lugares públicos que conmemoren a todo individuo relacionado a estos regímenes totalitarios.
Con Eslovaquia, suman ahora un total de seis (6) países que han tenido el coraje y la valentía de ilegalizar uno de los peores regímenes de la historia humana moderna, Polonia, Ucrania, Lituania, Georgia y Letonia completan la lista.
Gracias a Dios, cada vez se hace mayor consciencia acerca de la historia bañada en sangre, hambre y muerte que dejó el diabólico comunismo allí donde tuvo paso, a tal punto que desde hace más de una década en países de Europa del Este (Ex URSS) puedes ir a prisión si usas una camiseta con la imagen de Ernesto ‘Ché’ Guevara o la creación de las Strefa Wolna od Ideologii LGBT (Zona Libre de Ideología LGBT), pero la historia no se escribe sola, debemos crear consciencia como Occidente, que todo totalitarismo fue, es y será maldad en esencia; todo colectivismo ideológico extremo decanta a la pérdida de libertades y derechos humanos fundamentales. Aprender del pasado que jamás se irá y nos hace ser quienes somos para así poder crear un futuro mejor a nuestra descendencia.