Por: Edwin Jared Magaña Jiménez
El hemisferio occidental constituido por una bella, complicada, extensa, controversial y profunda historia. Una riqueza filosófica y cultural constituye lo que hoy en día llamamos hogar en el globo, la aparición de una religión que lograría ser el punto crucial para la defensa de Occidente frente al barbárico Oriente.
Ideologías comenzaron a surgir, unas en particular que harían pender de un hilo a la herencia cultural con la cual se han forjado nuestras sociedades; dichas ideologías comienzan a tomar forma, surgiendo nuevas, modificando otras y siempre en constante adaptación para cumplir sus propósitos, crear al ser mediante su cosmovisión del mundo y la realidad en particular.
El dogma en el cual se han gestado, evolucionado y articulando unas con otras lo conocemos como Izquierda. Desde el surgir del “nuevo contrato social” Rousseauniano, la aparición de los sueños utópicos de los primeros socialistas, la llegada del “materialismo dialéctico” y la “lucha de clases” Marxistas, la aparición del Gramscismo, Frankfurt y el Neo marxismo, hasta la aberración llamada Posmodernismo, mediante la cual surgirían el Postmarxismo y una seria de corrientes Post estructuralistas.
La articulación – en términos del pensador socialista argentino, Ernesto Laclau – del pensamiento Izquierdista, ha creado una monstruosa hegemonía cultural que tienen como objetivo destruir y erradicar todos los elementos que han sido los fabricantes de todo lo que conocemos en nuestro pensamiento.
¿Cómo contrarrestar el masivo avance de dichas corrientes filosóficas que ya han impregnado a los individuos? dando la “batalla cultural”, contra oponiéndose a toda esta agenda autoritaria amante de la censura y del populismo, protegiendo la base de nuestra sociedad, rescatando las ciencias sociales y las humanidades, proteger a las ciencias naturales que ya tienen en su mira, y refutar las falacias de sus discursos, todo mientras reivindicamos nuestra tradición y pasado.
Esto debe llegar a las urnas, se debe pelear no solo en la Academia, sino también en el ámbito electoral.
Son pocas las figuras que han decidido dar dicha batalla, y debido a eso son las más atacadas por los comunistas posmodernos. Si debemos destacar a un sujeto que sin temblarle el pulso ha arremetido contra ellos, es Donald Trump y el Partido Republicano Estadounidense, ambos enfrentándose a Globalistas multimillonarios, a la China comunista, a narcoterroristas y a toda esta horda de “diversos autoritarios”.
Es ya bien conocida la historia estadounidense por ser ese símbolo occidental que representa la libertad, la reivindicación de la cristiandad, el republicanismo y las ideas del liberalismo clásico (aquel que era conservador y no progresista). Estados Unidos y Occidente entero vieron llegar las doctrinas filosóficas que moldearon los aspectos jurídicos, políticos, sociales y económicos propios de nuestra civilización, como lo son la Filosofía misma.
El Iusnaturalismo (el cual surgiría en el Cristianismo), la propiedad privada, la libertad individual y el libre mercado. Pero con la aparición de cada uno de ellos, también surgieron ideas que se les contraponen y lo siguen haciendo desde hace algunos siglos. En el caso estadounidense – que es del que hablaremos – nos centraremos en el siglo XX para comprender las ideologías, personajes, intereses e intenciones que hay detrás de todo ese intento por borrar lo que representa la cultura occidental.
En el siglo XX, América y el mundo verían la llegada de la Izquierda, aquella que se inspiró en el Marxismo. El también llamado “socialismo real” fue la metodología perfecta para dar un golpe de estado en los diversos países, apelando a discursos de buenismo y así movilizar a las masas para alcanzar sus intereses.
Sin embargo, dichas ideas no tendrían mucho auge en la parte temprana del siglo pasado en Occidente, debido a los aspectos de la cultura que imperaba en todo el hemisferio, tales como los valores y moral cristiana, y renovación, otras corrientes de la Izquierda comenzaron a desarrollarse. En los Estados Unidos serían políticas como las del Keynesianismo, el cual en palabras del Economista Argentino Javier Milei:
“Ha sido un panfleto escrito a beneplácito de políticos ladrones, corruptos y/o mesiánicos… donde el derroche es la virtud y ahorrar es malo. Y justamente, si hay algo que los políticos quieren es gastar”
La Socialdemocracia, que originalmente fue llamada por su creador – Alexander Rustow, un Economista ex socialista y acuñó dicho término en 1938 – como Neoliberalismo, el cual hoy en día la propia Izquierda lo utiliza como término despectivo para el corporativismo y el mercantilismo estatal (los cuales paradójicamente surgen con la Social-Democracia misma).
Para sintetizar todo lo dicho debemos hablar de quienes impulsan esto, y como estamos ante la amenaza más seria para cada patria e individuo, esta ideología está moviendo gigantes cantidades de dinero para financiar movimientos políticos, grupos terroristas, ONG’s y medios de comunicación controlados por la Izquierda, infestados por su nueva careta cultural llamada Progresismo, los cuales promueven las ideas del Posmarxismo.
Globalistas, “filántropos” dueños del dinero y de los estados que se someten a sus intereses económico-político-jurídico-sociales, entre dichos filántropos encontraremos desde los viejos conocidos como los Rockefeller y Rothschild, hasta unos más contemporáneos como George Soros, Bill Gates, y por supuesto los partidos políticos y organizaciones zurdas con los que comparten intereses. Entre dichas organizaciones podemos mencionar Planned Parenthood, la cual es la organización abortera estadounidense impulsora de la legalización del mismo a nivel global y que contiene asociadas a 650 clínicas en todo el país.
A pesar de su oscuro pasado, la Planned Parenthood y su afiliación internacional, International Planned Parenthood Federation (IPPF), han tenido éxito en expandir su agenda filicida por todo el globo, con intereses económicos y políticos, fines eugenésicos y comerciales, destruyendo no sólo a los seres humanos en gestación, sino también a la ciudadanía con impuestos, inmoralidad, y acabando con el estado de derecho a largo plazo. Pero para su mala suerte dichos intereses corren peligro gracias a un personaje muy particular, uno que ha desafiado tales ideologías desde su campaña electoral.
Los altos y gran cantidad de impuestos, aborto, ideología de género, narcoterrorismo y corrección política con la llegada de Donald Trump a la presidencia han encontrado una antítesis de la cual se sabe que habra una síntesis, solo podemos esperar que sea una similar a aquella guerra fría la cual los Comunistas no quieren recordar.