Por: Lic. José de Jesús Reyes Meneses
Cada día falta menos para el proceso electoral de 2021 donde se renovarán congresos estatales, ayuntamientos y varios gobernadores, pero, ¿y los partidos políticos? Estamos en octubre y no hay ruta clara por ningún lado, así que ¿cuál es el problema de 2021?
Actualmente vemos con sorpresa el proceso de renovación de la dirigencia nacional de MORENA, pero el estar enfocados ahí nos hace olvidar momentáneamente que pasa con los demás partidos, lo que debería de preocuparnos en una democracia.
Los que deberían de ser contrapesos de la hegemonía del presidente, no tienen ni fuerza ni imagen ante la población. El que fuera en su día el poderoso partido único, el PRI, ha desaparecido de la vida pública por sus casos de corrupción, por lo que no debería sorprender que busque una alianza con cualquier otro grupo para tener algo con qué luchar en las elecciones.
El ya corrompido PAN, quien por supervivencia ha buscado a Ricardo Anaya como un líder, sigue sin poder de convocatoria, ha dejado a los comités estatales la búsqueda de alianzas para no afectar el centro, es decir, si sale la coalición será obra del comité central, si falla, será error de los locales.
Los partidos PRD, MC, PES, PVEM y PT no son más que partidos satélites, pequeñas formaciones que tratarán de jugar un posible peso a favor de quien le favorezca políticamente hablando o que pueda comprometerse con sus ideologías irrenunciables, todo buscando al final una tajada presupuestal.
El posible partido de Felipe Calderón y Margarita Zavala, si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación les llegase a otorgar registro, sería un remanente de los que se dicen contrarios de Andrés Manuel y de la directiva del PAN, pero sin ideología determinada. Sería en palabras simples, una mala copia de la UCD de Adolfo Suárez en España.
Pero en este punto ¿Qué es lo que más preocupa?, pues bien, ante la falta de apoyo, en la desesperación de aprobación y la falta de confianza en sus bases, nominaran en puestos claves a gente sin idea alguna para los puestos en contienda con tal de obtener títeres debidos solo a su partido.
En 2018 ya vimos las consecuencias de poner a gente conocida pero sin idea de lo que es ser político, propuestas sin idea clara, solo dedos para formar una mayoría y gobiernos improvisados al momento. Pareciera que para 2021 se verá el mismo efecto, pero ahora más local y con gente que buscara dinero a cambio de representar a un partido.
Quedaron atrás los políticos que peleaban por sus ideales, en el mejor de los casos, será una pelea de popularidad entre los candidatos aunque cada uno de ellos comparta el discurso de siempre. La democracia en México se transformó en un concurso de popularidad como en las escuelas con los reyes de primavera.
Este año de 2021 deberá de ser el punto de ruptura entre la actual clase política y la nueva generación, si seguimos abonando a la indiferencia y a la nula participación de la gente en las políticas que puedan afectar, no nos sorprendamos si el día de mañana tengamos que matar por solo defender nuestra propiedad personal.
Espero equivocarme, pero ese parece el panorama para el 2021 que está a la vuelta de nuestra vida.