Por: Ricardo R. Olivares
El 28 de septiembre de 2020 vivimos una manifestación en favor del aborto por las calles de la Ciudad de México, el saldo fue como siempre, de destrozos e inacción de las autoridades, pero ¿qué hay detrás de esto?
Las personas que apoyan el aborto argumentan que es un derecho, que es mejor que traer “un niño a sufrir al mundo”, “que mejor no nacer a nacer pobre”, ¿pero ¿cómo puede ser un derecho de la madre el decidir sobre la vida o muerte de su hijo?, ¿por qué el padre no tiene voz ni voto en la ideología de estos movimientos? ¿ser pobre es tan malo que justifica el exterminio?
Hay solo una verdad, está doctrina en favor del aborto es un cáncer que ha llegado a nuestro continente para destruirnos, fue traído desde Europa y busca implantarse en América Latina desde el nicho demócrata de Estados Unidos, país en el que políticos como Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, impulsa el aborto hasta 1 día antes del parto.
Estas personas abortistas odian a nuestra gente, son racistas y clasistas, ven al pueblo de México como un cáncer al cual urge desaparecer, viven con asco de ver a niños de piel morena en la calle ¿Para qué ayudarlos si es más fácil evitar que nazcan? Para ellos es más fácil exterminar a los pobres que buscar exterminar la pobreza, son movimientos que buscan debilitarnos como sociedad desde el extranjero, buscan dividirnos y disminuirnos.
Desde aquí hacemos un llamado a las autoridades para evitar que esta doctrina extranjera de odio y prejuicio se implante en México, estamos a tiempo de evitar caer en manos de intereses extranjeros, NO AL ABORTO DEL PUEBLO DE MÉXICO.